viernes, 27 de mayo de 2016

Nada parecía verdad en aquella delicada tarde de porcelana en que Nimo Harold tercero sufrió un colapso mental que le llevo a permanecer en casa durante tres días. Al tercero, y una vez superado el amanecer, un rayo de solo se colo por la ventana, dejando paso al calor que el androide era incapaz de sentir.

padre había muerto hace semanas, y su cuerpo al caer había roto la tensa cuerda que lo unía a la corazón del androide.Su despedida fue extraña, y simplemente Nimo arrastró su cuerpo hasta los limites del planetoide, y arrojándolo al vacío estelar, rezo una plegaria. Pero ya no importaban los mantras, sin padre en el lugar, ya nada tenía demasiado sentido.

La tierra había dejado de ser productiva un año antes, debido a que las lluvias cósmicas que siempre acompañaban la primavera, habían virado hacia lugares más propicios. Y la cose cha de calabaza gigante se había arruinado. Sin casi nada que llevarse a la boca padre se había resignado, reduciendo su mundo a la mínima expresión. Entonces los días comenzaron a hacerse mas largos, mas melancolicos y la belleza que una vez se había aposentado en sus ojos, se había extraviado como motas de polvo en medio del océano.. Pero esto era una larga historia. Nimo estaba solo, ya no quedaba nada por lo que luchar.

Nimo intentó conciliar el sueño aquella noche, pero los cantos de las ballenas en ruta estelar le impidieron dormir. Entonces decidió salir fuera, y levantandose de un salto espasmódico, se alzo sobre las suaves sombras que envolvían la cabaña. Fuera un cielo lleno de estrellas iluminaba los restos del pequeño planeta moribundo. Dos ballenas pasaron flotando cerca de su cabeza, y observando sus movimientos concentricos pudo ver la hoja de ruta de sus pensamientos.

La partida no se hizo esperar, arrastro la vieja barca hasta la frontera entre tierra y espacio, y esperando los vientos nocturnos, alzó la vela. La barca zozobro en medio de la nada, pero tan pronto como esta fue izada, la nave inicio el viaje. Durante semanas Nimo viajo a través del espacio,Vio ciudades erigirse en medio de la nada, para ser tragadas luego por un agujero negro y vió cuerpos alejarse a velocidades relativistas a través de naves pantalla, lo vio todo y cuando no quiso ver nada simplemente hizo naufragar su nave sobre un meteoro cercano. La embarcación dio media vuelta, para una vez pasado el oleaje inicial posarse en medio de la roca, que en verdad, formaba parte de un sistema mayor, regido por una enana marrón. Su carcasa azul oscura casi negra reflejaba la profundidad de la noche eterna. El androide se sintió exhausto y colocandose en una posición fetal durmió lo que quedaba del día. Pequeños fragmentos de sueño se depositaron detras de su ojo a modo de proyector. Recordo la vieja casa, rodeada de amplios prados movidos por el viento. El olor a tierra mojada y as nubes que envolvían el lugar, pro nada de esto era suyo, ya que él solo era la perfecta taza de te, nunca el contenido. Porque desde que tenía uso de razón Nimo había habitado un planeta semidesertico en los limites de la realidad. Muchas veces le había preguntado a padre de donde venían, pero este no había respondido, y simplemente había tragado saliva mientras recordaba un pasado que no estaba en ningún atlas imaginario.

Cuando Nimo despertó la enana ya estaba ahí. El meteoro se había ido desplazando a través del espacio, durante el tiempo que el androide permaneció durmiendo. Un suave resplandor ilumino su cuerpo, y sintiendo cierto calor en su interior metalico, resoplo un largo suspiro.

-que te pasa.- Pregunto la enana, mostrando una voz honda y gutural que contrastaba con su apacible candor.

-No lo se.- respondio Nimo , observando fijamente la profundidad de algo que parecía una estrella., pero que realmente no lo era.

Entonces esta brilló de una forma más intensa, y Nimo sintió un ligero temor.

-No tengas miedo.- prosiguió la enana- solo soy ligeramente incadescente, no soy demasiado peligrosa.

Entonces Nimo le contó toda su peripecia, como había huido de su hogar para intentar buscar las respuestas de una vida definida por la reacción que mantenía con padre, pero antes de que llegase al final, esta le interrumpio, y lanzando varias llamaradas rojas y azules respondió.

-tienes dos opciones, una es seguir como estás, la otra es aventurarse en lo desconocido, no querer ser nada, porque cuando no eres nada, lo eres todo. Crees que me preocupa no ser una estrella, ellas viven estresadas ardiendo todo el rato, yo no tengo esa necesidad expresiva. Pero a cambio tengo algo más de fondo.

Nimo no entendía nada de lo que le decía, pero en ese momento todos los caminos habían sido vetados tantas veces que solo la idea de transitar por ellos de nuevo le causaba cierto hastío, ya no había un lugar al que volver fisicamente, pero tampoco existía ese lugar en el fondo de su alma, porque en realidad solo era un simple androide, sin utilidades, sin designios, y sin una idea clara de si mismo, así que ya no tenía nada que perder. El androide cogió aire, y dejandose caer dentro de la enana, por primera vez sintió algo de paz, puede que este fuese el viaje final, pero que pasaba cuando no puedes morir, cuando lo único que puedes es reiniciarte, y como mucho perder la memoria, pues posiblemente no sucediese nada, un final era un final, solo que esto no lo era.


Nimo despertó de nuevo, pero cuando despertó ya no supo reconocer, su propio rostro, porque realmente era otro, la habitación era de color lila, y unas tupidas cortinas rojas, impedían que la luz de la mañana entrase a través de la ventana, entonces Nimo comprendió, que estaba muy lejos, lo más lejos posible del hogar, pero que aquello no le disgustaba. Un suave aroma a pan recien hecho, tostadas y chocolate, bajaba por la escalera. Padre se encontraba cerca de la cocina leyendo un periodico, en el que se anunciaba una guerra ficticia que nunca tuvo lugar. Nimo se acercó a padre y este le acarició la cabeza, mostrando una sonrisa. Estaba de nuevo en casa y nada lo movería de allí. Y este si que era un final.

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